Respira profundo y entra conmigo,
A un lugar donde el ambiente es tranquilo,
Senderos se forman entre árboles muertos,
entre lapidas y rezos,
entre lagrimas y versos,
entre gente viva y muertos.
El camino lleva hasta el sepulcro,
hasta el lugar de mi último reposo,
hasta mi epitafio que incluye un verso,
escrito con tintura hecha de sangre,
sangre de vampiro y licántropo.
Las flores marchitas adornan el recinto,
lugar de reposo de los que se han ido,
lugar de paz y tranquilidad, de dicha y regocijo
para los difuntos que yacen en este escondrijo.
Este lugar es de equidad y bondad,
pues todos son iguales,
no existen las envidias ni la maldad,
todos descansan y todos aman.
Bienvenido al cementerio,
respira profundo,
es menester esta acción,
pues de ello depende tu viaje,
de ello depende tu sentir,
pues lo que respires será tu destino,
un cruel destino de olor profundo,
olor penetrante,
olor dulce pero sofocante,
un hermoso olor a muerte.
domingo, 11 de abril de 2010
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