Recuerdos que matan

Cuando la memoria se convierte en arma mortal,
Cuando tus recuerdos son afiladas navajas que cortan tu piel,
Delgados hilos de acero que desmenuzan tus sentimientos,
Cuando tu pasado se vuelve en tu contra y sirve como cuchillo fatal.

Es entonces cuando hasta la visión mas dulce en tu recuerdo,
Produce lagrimas, melancolía, tristeza, infelicidad, agonía,
Cuando todo cuanto creías se resquebraja y se derrumba,
Cuando tu única aspiración es entonces una tumba.

La vida solo da una oportunidad, no se repite jamás,
Los recuerdos mortales, los mas dolorosos,
Son los que vienen tras haber desperdiciado dicha oportunidad,
Haber dejado escapar ese motivo de vida designado a tu Trinidad.

Y entonces, recordar se vuelve un acto suicida, a la vez adictivo,
Te hace sufrir y lamentar, pero no puedes vivir ya sin ese amargo llanto,
Lagrimas de sangre que emanan tras haber perdido de existir tu razón,
La vida ya no te volverá a sonreír, se marchita dia a dia tu corazón.

Durante tu paso por la vida, te vas integrando para ser un total,
Una criatura mágica, completa en sus tres partes, perfecta al final,
Pero que pasa si una de las piezas no esta, si desapareció para siempre,
Si esta se salió del conjunto perfecto, palpable y real.

En ese momento, la vida pierde todo sentido, no existe motivo de seguir,
Se piensa en la muerte como opción, tras haber arruinado tu razón,
Se deja de funcionar, tu Trinidad se ve destruida, estas maldito,
Y te tengo una noticia, ni la muerte será para ti una curación.

Lamento de decirte que si pierdes esa pieza de tu vida,
Esta misma no vale nada, tu no vales nada, has arruinado tu motivo,
Ahora no tienes lógica sobre la tierra como ser vivo,
Estorbas, eres una amorfidad, traicionaste a la vida, y al plan que ella tenía.

Muere! Es tu único posible remedio, pero aun así, sufrirás, te lamentaras,
No estarás ni vivo ni muerto, solo vagando, tu alma no descansara jamás,
Te digo esto desde mi tumba, desde mi lecho mortal, bajo tierra,
Te digo esto porque yo perdí de mi vida esa oportunidad, su pieza vital...