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miércoles, 3 de agosto de 2011

Narración de un dia mortal

He de confesarte que mi vida ha perdido sentido y en cierto punto valor...
Hoy, tome mi patineta y salí con la intención de quedarme un rato en el parque, planeaba  llegar, practicar y no pensar en nada.
Llegue al mencionado parque y me tumbe en el pasto, en esta época del año es muy verde y abarca por completo las jardineras, vi a lo lejos las rampas que se alzan altas, de lo que mide un piso de una casa normal, tal vez un poco mas, estaba nublado, y los pedazos de fierro en forma como de letra U se erguían orgullosos, la falta de personas en ese lugar, incluso, le daban algo de tétrico vistas desde abajo, tal como lo hacia yo.
Me levante, tome mi monopatín y me dispuse a dar unos cuantos saltos por el lugar, entre una de tantas vueltas, caí, di un par de vueltas y quede tendido en el suelo, vaya, el dolor físico no se compara al del alma.
Me levante, aunque me quise hacer el valiente, he de confesar que me aturdió un poco el golpe y como no tenia a nadie al rededor ni para pedir ayuda ni para volver lógico el hecho de hacerme el valiente, a quien no le dolería tremenda caída?, decidí cojear un poco hasta la jardinera mas cercana y reposar el raspón y si, aquel mareo por el golpe en la cabeza.
Me encontraba ahí sentado, pensando en como había caído y en lo tonto que me sentía, caramba, ya ni en mi deporte soy bueno...
Del bolsillo de mi pantalón, uno pequeño que no se nota, saque un cigarrillo doblado y medio roto, a la par de un encendedor de medio uso, verde, tarda un poco en prender, pero aun lo hace, así que puse el cigarrillo en mi boca y deteniendolo con mis labios resecos por la carencia de besos, lo encendí.
Di varias bocanadas, el mareo desapareció, y justo a la mitad del cigarrillo, de la nada (o tal ves así lo percibí por la falta de atención a todo lo que me rodea a ultimas fechas), salió una pequeña niña como de 7 u 8 años, delgadita y muy bonita, la pequeña se presento diciendo hola, a mi me sorprendió a la vez que me lleno de ternura, así que tras un  titubeo de aproximadamente 1/2 segundo conteste: hola pequeña, y al momento pregunte: vienes sola bonita? A lo que contesto que si.
Ella de inmediato pidió que le ayudara a ponerse unos patines que llevaba cargando, cosa que no había notado (culpo de nuevo a mi falta de atención, incluso de interés por todo aquello que no sea un cigarro o cafe negro, tal ves textos de terror o algún periódico en mis largas caminatas), lo pidió de una manera muy cortes, no muy natural de niños de su edad en la actualidad, y por supuesto le ayude.
En el primer intento dio un centón, sin siquiera haber pasado un minuto y como era de esperarse en una pequeñuela de su edad, comenzó a llorar...
Yo la verdad no tome mucho interés, pero, por alguna extraña razón, me dio cierto sentimiento de cariño y ternura, algo... Algo... Algo que solo tu me habías hecho sentir, así que presto corrí a levantar a la pequeña que al momento, me abrazo como quien abraza a un consuelo cuando mas lo necesita y este se aparece.
Yo la abrace y la cargue a la jardinera donde yo mismo reposaba un golpe, que, aunque fue de mayor magnitud, al fin y al cabo era un golpe y punto.
Tras calmar el llanto de la dulce pequeña y cerciorarme de que nada fuera de real importancia en el percance de la niña, le volví a preguntar si ella andaba en ese lugar sola, a lo que volvió a contestar que si, luego de eso, le propuse que le enseñaría a patinar, y ella, muy emocionada contesto que si.
Comenzamos entonces las lecciones improvisadas del deporte extremo, que en ese momento se convirtió mas bien en una escena paternal que enternecería hasta a el mas insensible, un chico que al tener a aquella niña de la mano, parecía ser su padre sin lugar a dudas.
Mi corazón se llenaba cada vez mas de ternura, el cariño, de alguna manera también, sentí a aquella niña como un ángel enviado para acompañarme en ese momento, tal vez para acompañarme en mi soledad que ya se ha prolongado en demasía, y en mis pensamientos de soledad y dolor la veía y escuchaba como en un dado momento me dijo: 'mire señor, ya pude solita'
Una lagrima corrió por mi mejilla, el sentimiento fue grande, la abrace y le dije: felicidades princesa!
Me dedique a vigilar que nada le pasara a mi angelito que me hacia compañía en una tarde que de lo contrario, seria otra mas de total soledad...
Ella daba vueltas por aquella pista cuando una mujer de edad intermedia de aspecto mas bien distraído pero de algún modo muy guapa y de semblante amable, apareció en aquel lugar y acercándose a la pequeña la abrazo con desesperación y dijo: amor! Porque no me avisaste! Me preocupaste muchísimo!
Acto seguido se dirigió a mi agradeciendo que vigilara a su hija, cosa que me pareció innecesaria, pues mas agradecido estaba yo por la compañía de la tierna niña.
Fue entonces cuando las vi partir, la niña por supuesto, iba ahora en patines, había aprendido a manejarlos esta tarde...
De pronto en un arrebato mío, me encamine hacia ellas, no iban lejos, la señora volteo con un gesto amable y yo les dije, disculpen! Ambas giraron y la señora me pregunto: que se le ofrece joven? La pequeña dulce replico diciendo: no es un joven! Es un señor! (dirigiéndose a su madre) Que pasa señor? (ahora a mi).
Me hinque sobre mi rodilla derecha y viendo a la niña le pregunte su nombre, a lo que respondió con una sonrisa y moviéndose como un pequeño péndulo: Muerte!
Agradecí la respuesta, tras girar y tomar mi rumbo, perplejo, sorprendido, triste, con un nudo en la garganta, regrese a mi asiento, mi monopatín ya no me llamo la atención, tome la mitad de cigarrillo que había despreciado una hora antes por ayudar a una dulce pequeñuela, hermoso angelito que me dijo 'señor' en todo el evento, quien al final, me enteraría que lleva tu nombre...
A la primer bocanada de humo, suave a mi garganta, cayo también la primera gota de lluvia en mi rostro, en mi mejilla derecha tenia una gota de lluvia, en mi mejilla izquierda una lagrima...
Termine mi cigarrillo, tome mi monopatín, camine a la salida, compre un segundo cigarrillo y solté a llorar mientras lo fumaba solo camino a casa...
Hoy... Solo quise narrar una historia que me ocurrió, algo que para alguien mas no significara nada, para mi, es algo de lo mas hermoso y triste a la vez, algo que solo un enamorado entendería...

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